El amor, sentimiento profundo del alma, cuando es sincero, crece lentamente y sin descanso, con delicadeza, seguro de sí mismo, de lo que siente y defiende. Para ese amor que tolera, comparte y comprende, no hay cansancio, ni olvido, ni mucho menos...soledad.
El amor es semejante a la flor, que cada mañana abre su belleza, exponiéndola a la vida y cada noche la guarda, para evitar su deterioro, ante la inclemencia de la oscuridad.
Con amor, dos corazones unidos en un frente común, se adhieren y fortalecen, orillando al fin los flancos más débiles que en cada uno hacen posible la presencia del malestar.
De esta vida misteriosa
y en este mundo pasajero
Amo lo que más quiero
Nada puede compararse
Ni siquiera semejarse
Al amor que por tí siento
Y si el mundo embravecido
O la vida exasperada
Empuñan contra tí una espada
Prestó siempre a defenderte
En la vida y en la muerte
Hallarás mi cara dibujada.
Antonio Gómez
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